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10 may 2010

René, loco por el fútbol

Si pensamos en un delantero que perforaba redes y que se destacaba no sólo por su excelente gambeta, sino también por su astucia, picardía y habilidad, debemos hacer referencia a René El Loco Houseman, un jugador fuera de serie durante la década del ‘70 en el fútbol argentino.

Houseman nació el 19 de julio en la localidad de La Banda, en la provincia de Santiago del Estero. Cuando era muy chico, su familia decidió venir a Buenos Aires en busca de mejores condiciones de vida, y se instalaron en el Bajo Belgrano. El Loco comenzó a los nueve años a jugar en las divisiones inferiores del club de su barrio, Excursionistas, del cual es hincha. René no tuvo posibilidades en su equipo y se fue a jugar a Defensores de Belgrano, donde debutó en la segunda categoría del Fútbol Argentino en 1971.



Houseman analiza el ambiente del fútbol argentino
Dos años más tarde, César Luis Menotti lo pidió como refuerzo y llegó para integrar el recordado Huracán del ‘73, donde realizó una campaña formidable convirtiéndose en el goleador de su equipo, que se consagró ganador del Campeonato Metropolitano de 1973. El Loco también vistió las camisetas del Colo Colo de Chile, River Plate, Independiente, Amazulu FC de Sudáfrica y Excursionistas, donde se retiró en 1985.

René expresa su pasión por la pelota: “Pese a que de chico yo me divertía haciendo otras actividades, debo reconocer que la principal pasión siempre fue el fútbol; a partir de los seis años me pasaba todo el día pegándole a la pelota de derecha e izquierda contra la pared, aunque no lo hacía pensando en el futuro, yo sólo quería perfeccionar para poder rendir”.



René recomienda que los chicos hagan deporte
Una camiseta que no se puede dejar de mencionar es la de la Selección Nacional: Houseman convirtió tres goles en el Mundial de Alemania ’74, pero su paso más glorioso con la celeste y blanca fue en el de Argentina ’78, donde formó parte del primer equipo argentino en ganar la competencia.

A menos de dos meses para el próximo mundial, el Loco -manifiesta que su mujer, Olga, es un “gran soporte” en su vida- se anima a opinar sobre el momento actual del conjunto nacional y dispara: “A la selección le falta un técnico inteligente, capaz. El técnico fue, como jugador, el mejor del mundo, pero en esta nueva función que tiene es uno más del montón”.

25 abr 2010

El Pato Pescador

“Si me pagaran, me dedicaría todos los días al honorable deporte de la captura de peces”, asegura con una risa pícara el futbolista Patricio González, actual volante del club Ferrocarril Oeste.
González nació el 20 de febrero de 1979 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y debutó oficialmente como jugador de primera división del fútbol argentino el 25 de abril de 1999, contra Estudiantes de la Plata. Logró el ascenso a primera con Arsenal en 2002, convirtiéndose en uno de los pilares del equipo. También jugó en Rusia, Ecuador y Bélgica.




Comienza la pesca del Pato González
Para Patricio, “la pesca es lo más lindo del mundo; estar con la adrenalina a full esperando que sientas que se te mueve la línea, la lucha contra el pez, estar en el medio del agua escuchando la naturaleza; sólo cuando pasa eso me siento feliz”.
La tranquilidad en los gestos de González es casi la misma que la de un gaucho, pero de los buenos. La posibilidad de haber jugado en distintos países le dio una visión más amplia de la que tienen muchos argentinos: “Yo viví en distintos países y te puedo decir que Argentina no es del primer mundo, pero tampoco es una selva. Por ejemplo, cuando jugaba en Ecuador, yo vivía en un buen barrio, pero salía a pasear con el perro y en la mayoría de las casas había personas con escopetas. A veces me resulta gracioso cuando en los medios aparece gente que afirma hasta el hartazgo que nuestro país es como Colombia”.




¿Y Pato?¿Salió algo?

Patricio manifiesta que tiene “la intención” de “seguir ligado al fútbol”, ya que “es un gran deporte” y también “una salida laboral”. Este pescador ya cursó una buena parte de la carrera para convertirse en Director Técnico y sueña en un futuro con poder dirigir un equipo de primera división ya que, para él, “hay que pelear con humildad y grandeza para poder vivir con dignidad”.